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DISCRECIÓN INFORMATIVA
En no pocas ocasiones es deseable y posible que los asuntos judiciales no salten a la luz pública. Ballesteros trabaja para evitar que la prensa se haga eco de estos asuntos que pueden quedar en el ámbito privado y se conviertan en juicios mediáticos. En el caso de que no sea posible lo primero, busca mitigar el daño reputacional a través de una actuación rápida y previamente planificada.
Es importante para ello tomar conciencia cuanto antes del daño reputacional que puede suponer un procedimiento judicial para una empresa. Despidos masivos, graves rotos en la cuenta de resultados, merma en la cartera de clientes, problemas con proveedores o daño irreparable a la imagen colectiva son solo algunas de las consecuencias de tener un juicio mediático.
Ser conscientes cuanto antes del estropicio que puede provocar una filtración es el mejor modo de comenzar a poner los cimientos de una estrategia que permita mantener el asunto en un ámbito estrictamente judicial o de arbitraje.
Conocer a los periodistas, su lenguaje, sus tiempos y su modo de trabajar también es básico para trasladar los mensajes adecuados tanto antes como después del posible estallido de la crisis. Esta última puede ser controlada si ha sido previamente bien preparada y ejecutada. Mal gestionada, sin embargo, puede convertirse en una bola de nieve que se haga cada vez más grande y llegue a arrasar con todo. Confía en nosotros la gestión de cualquier crisis reputacional especialmente la derivada de un procedimiento y evita un juicio mediático.
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